Carlos Romeo-Casabona, uno de los expertos del Consejo de Europa y redactor del convenio contra este fenómeno, advierte de que se trata de "un negocio propio del crimen organizado, nada de casos aislados". y que Países vulnerables como Pakistán, India o Filipinas surten a ciudadanos ricos, principalmente de Europa del este y Oriente Próximo, analiza el penalista.
Cada año, según la Organización Mundial de la Salud, el mercado negro de órganos humanos mueve 10.000 trasplantes por los que se paga y cobra una cantidad a cambio de un corazón, un riñón o una porción de hígado. El negocio ilegal de partes vitales genera un comercio difícil de cuantificar pero que la organización Global Financial Integrity calcula en, al menos, 550 millones de euros anuales (sin descartar que llegue a los 1.000 millones).
Este 25 de marzo se firma el Convenio contra el Tráfico de Órganos Humanos del Consejo de Europa. Un marco que compromete a los estados firmantes a incorporar delitos específicos sobre esta actividad al tiempo que busca la protección de "las víctimas de este crimen". El catedrático de Derecho Penal de la Universidad del Deusto, Carlos María Romeo-Casabona, ha participado en el comité de expertos que ha elaborado el convenio. El penalista incide en la importancia de afrontar un fenómeno que cada vez es "más palpable" y que relaciona directamente "con redes de crimen organizado internacional. No estamos hablando de casos aislados".