Lejos de lo que les prometieron, cuando pisan tierra firme, se pierden entre papeles y conversaciones que no entienden. «Cuando salí del hospital me obligaron a firmar un papel donde decía que adoptarían a mi hijo, pero nadie me lo explicó y yo no lo entendí», dice Maimouna entre sollozos.
Frases humillantes, amenazas, golpes... son algunas de las palabras
que se recogieron en las declaraciones de varias inmigrantes embarazadas
que llegaron el año pasado en una patera procedente de Marruecos y que
fue recogida en Melilla. Desde entonces, acostumbradas a que sus
destinos estén en manos de otros, permanecen en silencio