France Telecom, una de las empresas en que se ha conocido el tremendo número de suicidios |
Querida Soraya, le voy a contar una historia real.
Hace dos meses una compañera de trabajo fue sancionada por no ir dos días a
trabajar sin justificación aparente.
Ella es madre de tres hijos. El pequeño
tuvo la varicela, por si no lo sabe, la varicela es un virus por el cual el
niño coge fiebre y al ser contagioso tiene que permanecer en casa hasta que se
cura puesto que llevarlo a la guardería supone el contagio a otros niños. Mi
compañera así se lo dijo a las jefas... Sí esta leyendo bien, son tres y las
tres mujeres. Querían sancionarla con tres días sin empleo y sueldo por no
justificar su ausencia. La ausencia estaba justificada con un informe médico
del pediatra que confirmaba la enfermedad. Mi compañera es argentina, no cuenta
con ningún familiar cercano que pueda cuidar a sus hijos si enferman, y
evidentemente -como haríamos cualquier madre- se quedó con sus hijos. La sanción no llegaron a ponérsela porque mi compañera les indicó que
denunciaría a la empresa.
Conozco muchas más historias, mujeres, que tras ser
madres las han echado a la calle. Otras muchas hemos ocultado nuestro embarazo
hasta que se hacia evidente “por si acaso”.
Otras han visto como echaban a sus compañeras de forma fulminante al
saber la empresa que estaban embarazadas (como le ocurrió a Laura, trabajadora
de Mango). Muchas me han contado como intentan ocultar que tiene niños a su
cargo en las entrevistas de trabajo.
Somos una carga, nuestros hijos son una carga.
Todas las leyes están contra la dignidad y la humanidad en el trabajo.
Muchas estamos sufriendo el doloroso paro de
nuestros maridos. ¡Millones, Soraya, millones de personas condenadas a mirar a
la pared 24 horas al día, sin posibilidad de poner sus manos, su conocimiento,
sus fuerzas... en un trabajo!
Aquí escuchamos
hace un mes el grito de un viuda del paro, una mujer desgarrada por
haber perdido a su marido en un suicidio porque no aguantaba mas la situación: “¡Por
favor, seguid luchando!” gritaba por los micrófonos de la radio.
Querida Soraya, el trabajo es un derecho reconocido
por la Constitución. Si el gobierno de la nación, no permite que sus
trabajadores tengan un trabajo digno, y si por esta carencia se destruye a la
persona y la lleva a tomar la decisión de quitarse la vida, entonces señora
vicepresidenta me atrevo a decir que el suicidio de una persona en paro es un
asesinato político.
¿ Cuantas viudas del paro más habrá? ¿Cuantas
mujeres serán pisoteadas en su entorno laboral? ¿a cuántas nos dirán que no en
las entrevistas por ser madres?
Las últimas medidas tomadas por su gobierno
estrangulan aun más si cabe los derechos
ya mangoneados y pisoteados por
anteriores reformas y actuales.
Yo sé que usted es madre. Supongo que dentro de 3
años su hijo entrará a la escuela. Sepa, Soraya que dentro de tres meses miles
de padres no podrán pagar los libros de texto de sus hijos para asistir a una
educación estatal “gratuita y universal”, me gustaría que usted con el cargo
político que ostenta considere esto.
Apelando a su inteligencia, y no a su conciencia.
Atentamente, Firelei.