Poco se ha hablado de la mujer trabajadora normal.
La mujer trabajadora es la filipina que está en casa de esa ejecutiva entrevistada en la tele. Sus hijos están a miles de km, para alimentarlos y educarlos, ella ha venido a cuidar a los hijos de las “mujeres trabajadoras” españolas.
También es mujer trabajadora la que trabaja a turnos en el supermercado, esposa de un camionero. En el colegio le dicen que no están ayudando a su hijo con los deberes, ¡los trae mal hechos! Piensa con angustia a ver si su vecina, otra mujer trabajadora, pudiera echar una mano mientras ella está trabajando...
La mujer trabajadora es esa colombiana joven que ha sacado adelante a su hijo, a pesar de las dificultades, pero no ha dado de mamar. ¡Con lo promovida que está la lactancia materna! La matrona la mira con reproche, \"¿acaso no sabes los beneficios que tiene para tu bebé?\" Ella calla. Alguien con más sensibilidad le pregunta, “¿cuándo tienes que incorporarte a trabajar, hija?”. “Cuanto antes”, susurra ella. Cuanto antes es en cuanto salga del hospital, claro, no tiene contrato, ni derechos.
La mujer trabajadora es la abuela que con su pensión de escasos 500 euros tiene en casa a dos hijos en paro, y aún rasca para ayudar a otra nieta...
La mujer trabajadora es mi amiga J., ecuatoriana. Visiblemente embarazada y con contracciones prematuras, tuvo problemas para poder coger una baja. No le convenía levantar pesos, pero en la empresa de subcontratas donde deja sus horas no es tan fácil... Ha tenido a su bebé por cesárea, su marido tiene derecho a trece días por paternidad, pero ha ido a trabajar el tercero, porque en la empresa \"hace falta\"... Ella ha salido con sus puntos y su bebé, orgullosa y sonriente, a buscar a su otro hijo al colegio.
Esta mujer trabajadora, sola o codo a codo con su hombre trabajador... de ellos no hablarán los medios de comunicación ni los políticos. Pero cuentan con su trabajo, que genera tanta riqueza, y no solo material.