martes, 30 de diciembre de 2014

Carta estremecida e inútil al ministro del Interior.

Creada el 31 diciembre 2014 por Darío Mollá Llácer.(Extracto)

Darío MolláSr Ministro, hace unos días asistía al concierto de Navidad de un magnífico coro. El concierto acababa con aquello del “Noche de paz” y del “Adeste fideles” que, seguramente, Vd. como yo habrá escuchado y cantado, incluso con emoción, más de una vez. Al llegar a mi habitación, he visto la prensa. Y una noticia me ha estremecido: tres bebés ahogados en una patera en el Estrecho. ¡Tres bebés!.
Inevitablemente me han venido al corazón aquellas palabras del Evangelio que escucharemos estos días de Navidad: “No había lugar para ellos…”. En esta España nuestra, no había lugar para ellos, para tres bebés… No sé, Sr. Ministro, si Vd. y yo leemos el mismo Evangelio… Se me hace duro pensar que sí… Ese Evangelio me impide juzgar a nadie, incluso a Vd, pero creáme que me resulta duro y difícil no hacerlo.
¿Y lo que dice el Papa sobre el tema? Bueno, yo no creo que a Vds. les interese mucho lo que diga este Papa; es más, creo que incluso les molesta… 
Hablan Vds. de que estas son las Navidades de la “recuperación”. ¿Recuperación de qué y para quién? Mire, a mí me gustaría que recuperáramos la humanidad que hemos perdido y que vamos perdiendo día a día. Y, sinceramente, esa recuperación no la veo asomar por ninguna parte.
Una última cosa. Hablemos de dignidad. Esos tres bebés, y los que han  muerto con ellos, y los que no han muerto pero serán devueltos a sus países, o a no se sabe dónde y en qué condiciones, han perdido la vida, pero no la dignidad. Nosotros, los de aquí, cada vez nos comportamos de un modo más indigno.