domingo, 13 de julio de 2014

PODEMOS Y EL CAPITALISMO DEL FUTURO (I)

Félix Rodrigo Mora
La noción de transformación total suficiente de la sociedad y del ser humano, de la cosmovisión  y del sistema de valores, es imprescindible para situarse fuera y en contra del orden constituido. Hostiles y en oposición a la idea de revolución están las propuestas de sustituir un capitalismo por otro, más poderoso, y un ente estatal por otro, también reduplicado, que es lo que propone Podemos.
        
Éste ha sido lanzado por el capital financiero español desde principalmente la televisión como nueva marca político-mediática para negar, combatir y, en su día, reprimir el proyecto y programa de la revolución integral. Es la nueva izquierda burguesa. Que Pablo Iglesias y su grupo hayan sido promovidos desde la caja tonta manifiesta el grado de degradación y vileza del asunto.
        
¿Cuál ha sido la inversión realizada en Podemos? A juzgar por lo descomunal de la campaña mercadotécnica, probablemente sean varios cientos de millones de euros en dos meses. Todo ello ha sido realizado conforme a la ortodoxia de la actividad publicitaria comercial y política. Tan enorme suma ha convertido a dicho grupo y a sus jefes en universalmente conocidos, cuando hace sólo unas semanas apenas nadie sabía de su existencia. Y la operación de promoción continúa, con unos gastos estimables en muchos millones por mes.
        
Las empresas televisivas son parte primordial del capitalismo y del orden actual de dictadura política, constituyendo el poder mediático, uno de los grandes poderes inaceptables por tiránicos de las sociedades contemporáneas. Dependen directa o indirectamente de la banca (o del Estado) y se proponen lograr beneficios monetarios manipulando y adoctrinando. Operan conforme a proyectos elaborados por analistas y planificadores, que  colaboran con sus colegas integrados en los aparatos del Estado. Cada periodista ha de obedecer a sus superiores y hacer o no hacer lo que le ordenen.
        
¿Por qué y para qué una inversión tan enorme?
        
Lo efectuado con Podemos y su jefe, Pablo Iglesias, en mayo-junio de 2014 reproduce el lanzamiento del PSOE y Felipe González en 1974-1977. En esos años la prensa, radio y televisión crearon desde prácticamente la nada el partido y el “líder” que las instituciones necesitaban. Hacia 1974 el PSOE (que se había tomado “cuarenta años de vacaciones”, los del franquismo) era insignificante y González un completo desconocido. Hoy el statu quo usa el “anticapitalismo” residual del gueto socialdemócrata verbalmente radicalizado para dotarse de una nueva herramienta política.
        
Felipe González y Pablo Iglesias son vidas paralelas. El PSOE y Podemosdos momentos de una misma corriente política.
        
Los jefes de éste son profesores-funcionarios, esto es, servidores del Estado en todo lo importante. Su especialidad son las operaciones de ingeniería social más inquietantes. De nuevo es la universidad quien proporciona al capitalismo las herramientas necesarias para reproducirse y ampliarse, lo que otorga la razón a quienes denuncian el sistema académico, cada vez más ajeno al saber objetivo y cada día más entregado al sistema de dominación.
        
La militancia de Podemos proviene de un grupo social concreto, los jóvenes y menos jóvenes de la clase media y media alta que teniendo una o varias carreras, algún máster y dominio del inglés no encuentran empleos que les permitan consumir tanto como sus padres. Son sujetos, ellas y ellos, por lo general sin cultura, sin valores, sin raíces y sin ética, únicamente interesados en hacerse con buenos empleos, triunfar profesionalmente, ganar mucho dinero y maximizar su consumo.
        
Podemos puede hacerse con unos 75.000 cargos estatales directos bien remunerados, y otros tantos indirectos, a tenor de los votos logrados. Así pues, dicha formación política acapararía un botín de al menos 150.000 puestos en la UE y en los aparatos locales, autonómicos y centrales del Estado, quizá no todos tan apetitosos como el de Magdalena Álvarez (22.900 euros al mes, frente a un salario medio en España situado en los 1.100), ex-ministra de izquierda y feminista encausada por corrupción, pero casi.
        
La izquierda institucional, PSOE e IU sobre todo, padece una crisis grave, de ahí el lanzamiento mediático de Podemos[1]. El PSOE, tras 40 años de servir a la Constitución de 1978, al Estado y a la clase empresarial, está desacreditado y confuso. IU, cuyos votos provienen sobre todo de la tercera edad, es el más perjudicado con el asunto Iglesias y su grupo, de tal modo que si no se renueva (lo que exige disolver el PCE), puede pasarlo bastante mal. El PCE-IU es el eterno perdedor, con la promoción del PSOE antaño y hoy con el lanzamiento de Podemos. Aún así, como ya ha expuesto el jefe de éste, su estrategia contempla un gobierno de coalición de la izquierda pro-capitalista española, Podemos-PSOE-IU.
        
Esto es uno de los muchos modos de decir Diego donde dije digo propio de los jefes de Podemos, que tras fustigar a “la casta” se une con una de sus expresiones más voraces, la de los jefes de la izquierda. Pues, ¿quién, sin ir más lejos, ha participado en el saqueo de las cajas de ahorro? Por lo demás, no se comprende cómo van a romper Iglesias y sus subordinados con dicha “casta” si su programa, ideología y proyecto es, en esencia, el mismo que el de la vieja izquierda socialdemócrata depredadora, amoral y corrupta:“dime con quién andas y te diré quién eres”.
        
El asunto Podemos es la tercera ocasión remarcable en que desde el final del franquismo el falso radicalismo “anticapitalista” se pone al servicio del sistema. La primera fue, según se ha dicho, en la transición del régimen franquista al de dictadura parlamentaria, 1974-1978, cuando el PSOE fue construido como partido por la afluencia de marxistas-leninistas, maoístas, anarquistas y trotskistas. La segunda en 2004, año en que el gueto político “radical” y “antisistema”, en realidad socialdemócrata por anti-revolucionario, se entregó al PSOE de J.L.R. Zapatero para que éste ganase las elecciones generales. La tercera es ahora, con la intervención políticaPodemos. Cada cierto tiempo el capitalismo echa mano de la izquierda más verbosa para sus fines, con gran éxito siempre.
(Continuará)


[1] La apremiante necesidad que el actual régimen español tiene de una nueva formación política de la izquierda anti-revolucionaria para manejar a las clases populares aparece tratada en “El 25-S y la creación de una nueva casta partitocrática”, Félix Rodrigo Mora, incluido en el libro de autoría colectiva “Reflexiones sobre el 25S”, editorial Manuscritos.