"Mucha gente ha perdido la vida por no perder el trabajo".
Beatriu Cardona, portavoz del sindicato Intersindical, empezó a recibir un aluvión de mensajes con las primeras inundaciones. Incluso con la alerta roja enviada a los teléfonos móviles, algunos empresarios seguían pidiendo a la gente que acudiera a sus puestos de trabajo.
La precariedad laboral y el miedo al despido forzó a la gente a salir a la calle, y a muchos a encontrar la DANA en su coche o puesto de trabajo. "Una cosa súper importante que hemos visto es que los delegados sindicales valientes han salvado muchas vidas. En una empresa muy importante de comercio online se plantaron y dijeron que no iban a trabajar en esas condiciones", explica Cardona.
La cuenta de Instagram Dana_Denuncies se creó recientemente para contabilizar todos estos casos y para "tener constancia y que no se olviden". "Creamos la cuenta hace unos días y ahora estamos abrumadas de todas las denuncias y testimonios que nos llegan de gente a la que obligaron a ir a trabajar con la alerta de la DANA", explica una de las responsables.
La joven ha recopilado denuncias que van desde "jefes pidiendo a sus empleados que tienen que devolver esas horas" o "muchas situaciones en las que se ve a gente trabajando con una peligrosidad bastante clara".
Otro tema que deberán trabajar sindicatos y empresarios es qué ocurre con los trabajadores que se tengan que desplazar desde zonas inundadas o deban pasar por dentro de ellas para ir a trabajar; "algunas empresas ya están pidiendo a los empleados que se cojan permisos o dìas de vacaciones si no podían venir esos días", reivindica.
La precariedad laboral y el miedo al despido forzó a la gente a salir a la calle, y a muchos a encontrar la DANA en su coche o puesto de trabajo. "Una cosa súper importante que hemos visto es que los delegados sindicales valientes han salvado muchas vidas. En una empresa muy importante de comercio online se plantaron y dijeron que no iban a trabajar en esas condiciones", explica Cardona.
La cuenta de Instagram Dana_Denuncies se creó recientemente para contabilizar todos estos casos y para "tener constancia y que no se olviden". "Creamos la cuenta hace unos días y ahora estamos abrumadas de todas las denuncias y testimonios que nos llegan de gente a la que obligaron a ir a trabajar con la alerta de la DANA", explica una de las responsables.
La joven ha recopilado denuncias que van desde "jefes pidiendo a sus empleados que tienen que devolver esas horas" o "muchas situaciones en las que se ve a gente trabajando con una peligrosidad bastante clara".
La pista de Silla
Es uno de los principales accesos a València y también una de las más frecuentadas por la gente que vive en las pedanías para ir y volver del trabajo, pero durante la riada se convirtió en la carretera del terror.
"Tenemos casos de gente a la que la obligaron a ir a trabajar incluso después de que le sonara la alerta del móvil y se jugaron la vida o la perdieron", cuenta Cardona. A los pocos días, cuando la DANA llegaba a Castellón y sabiendo lo que había pasado en València se volvieron a repetir esta situación, gente yendo a trabajar en plena alerta por una gota fría.
Los centros comerciales, sobre todo el que está en Aldaia, fueron otro de los grandes focos de trabajadores atrapados o víctimas de la DANA, ya que mucha gente no fue enviada a casa a tiempo o tuvieron que resistir a las aguas refugiándose en las propias tiendas, según explica Beatriu Cardona.
Nuevos derechos
La clave, para Cardona, es paliar la precariedad laboral y crear de nuevo las condiciones para que las personas tengan empleos dignos. "Tenemos una normativa laboral, tanto el estatuto de los trabajadores como la ley de riesgos laborales que dice que ante situaciones donde peligre la vida del empleado puede no ir a trabajar. El problema es que estas leyes no se cumplen. Necesitamos una cultura empresarial que haga las cosas mejor y sobre todo necesitamos mejores mecanismos de inspección", explica.
Para la responsable de la cuenta de Dana_Denuncies, una de las lecciones que se debería sacar de esta tragedia es precisamente la de la precariedad laboral y la necesidad de "dotar de mecanismos de defensa al trabajador ante estas situaciones para que no tengan que pasar por el aro y ponerse en peligro", cuenta. "Si va a haber más DANA en un futuro, los trabajadores necesitan más formas de protegerse".
La portavoz de Intersindical, por su parte, loa a otras empresas que fueron ejemplo de buenas prácticas como la Universitat de Valencia (UV). "El lunes por la noche decidieron suspender toda la actividad académica, una decisión que salvó muchas vidas porque tenemos 40.000 estudiantes sólo en la UV y otros tantos en la UPV que también las suspendió", reivindica.
Muchas de las personas atrapadas o víctimas de la DANA eran, paradójicamente, profesores de FP, de Escuelas Oficiales de Idiomas o de Escuelas de Adultos, que ante la falta de medidas de la Generalitat, fueron por la tarde a dar clase y se quedaron atrapados en sus centros y en la carrertera. "Hay centros donde sigue habiendo desaparecidos", lamenta Cardona.
Es uno de los principales accesos a València y también una de las más frecuentadas por la gente que vive en las pedanías para ir y volver del trabajo, pero durante la riada se convirtió en la carretera del terror.
"Tenemos casos de gente a la que la obligaron a ir a trabajar incluso después de que le sonara la alerta del móvil y se jugaron la vida o la perdieron", cuenta Cardona. A los pocos días, cuando la DANA llegaba a Castellón y sabiendo lo que había pasado en València se volvieron a repetir esta situación, gente yendo a trabajar en plena alerta por una gota fría.
Los centros comerciales, sobre todo el que está en Aldaia, fueron otro de los grandes focos de trabajadores atrapados o víctimas de la DANA, ya que mucha gente no fue enviada a casa a tiempo o tuvieron que resistir a las aguas refugiándose en las propias tiendas, según explica Beatriu Cardona.
Nuevos derechos
La clave, para Cardona, es paliar la precariedad laboral y crear de nuevo las condiciones para que las personas tengan empleos dignos. "Tenemos una normativa laboral, tanto el estatuto de los trabajadores como la ley de riesgos laborales que dice que ante situaciones donde peligre la vida del empleado puede no ir a trabajar. El problema es que estas leyes no se cumplen. Necesitamos una cultura empresarial que haga las cosas mejor y sobre todo necesitamos mejores mecanismos de inspección", explica.
Para la responsable de la cuenta de Dana_Denuncies, una de las lecciones que se debería sacar de esta tragedia es precisamente la de la precariedad laboral y la necesidad de "dotar de mecanismos de defensa al trabajador ante estas situaciones para que no tengan que pasar por el aro y ponerse en peligro", cuenta. "Si va a haber más DANA en un futuro, los trabajadores necesitan más formas de protegerse".
La portavoz de Intersindical, por su parte, loa a otras empresas que fueron ejemplo de buenas prácticas como la Universitat de Valencia (UV). "El lunes por la noche decidieron suspender toda la actividad académica, una decisión que salvó muchas vidas porque tenemos 40.000 estudiantes sólo en la UV y otros tantos en la UPV que también las suspendió", reivindica.
Muchas de las personas atrapadas o víctimas de la DANA eran, paradójicamente, profesores de FP, de Escuelas Oficiales de Idiomas o de Escuelas de Adultos, que ante la falta de medidas de la Generalitat, fueron por la tarde a dar clase y se quedaron atrapados en sus centros y en la carrertera. "Hay centros donde sigue habiendo desaparecidos", lamenta Cardona.
Otro tema que deberán trabajar sindicatos y empresarios es qué ocurre con los trabajadores que se tengan que desplazar desde zonas inundadas o deban pasar por dentro de ellas para ir a trabajar; "algunas empresas ya están pidiendo a los empleados que se cojan permisos o dìas de vacaciones si no podían venir esos días", reivindica.