La Campaña de vacunación contra el tétano efectuada en marzo de 2014 en Kenia que auspiciaron la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNIFEC pudo ser en realidad un programa para controlar el crecimiento de la población; y es que contenía de forma injustificada la hormona Beta-HCG (gonadotrifina coriónica humana) que, como se sabe, provoca abortos y esterilidad. Al menos así lo han denunciado públicamente en el país la Asociación de Médicos Católicos y la Conferencia de Obispos Católicos. Y no es la primera vez que se hace pues ya se desarrollaron campañas similares en México y Nicaragua en 1993 y en Filipinas en 1994.