Edward Green, el máximo experto en Sida de la universidad de Harvard, afirma que existe “una relación entre una mayor disponibilidad de preservativos y una mayor tasa de contagios de Sida”.
El experto alerta sobre la causa de este fenómeno con el conocido “comportamiento desinhibido”: “Cuando se usa alguna tecnología para reducir un riesgo, como el preservativo, a menudo se pierden los beneficios asumiendo un mayor riesgo que si uno no usara esa tecnología”.
Edward Green es un médico antropólogo con más de 30 años de experiencia en países en desarrollo, investigación, comunicación y cambio de comportamiento y educación para la salud. Su experiencia incluye el Sida y enfermedades de transmisión sexual, planificación familiar, atención primaria de la salud materna y salud infantil y los programas de cáncer. Ha publicado cinco libros y es autor de más de 250 estudios e informes técnicos. Próximamente publicará Sida e ideología donde denuncia cómo la industria recibe millones de dólares en concepto de la promoción el uso del preservativo, medicamentos y tratamientos para el Sida y donde afirma que el cambio de comportamiento es la solución.
El diagnóstico manipulado del Sida
En África el diagnóstico de la enfermedad del Sida a un paciente se realiza a través de los síntomas –bajas defensas, enfermedades oportunistas, etcétera-. Este tipo de diagnóstico es del todo impreciso. Multitud de expertos y científicos han denunciado que a través de esta práctica se diagnostica como Sida lo que simplemente es hambre.
Esto constituye una estrategia manipuladora para cambiar el nombre a los problemas. Se hace pasar por el drama del Sida lo que es hambre en un Tercer Mundo víctima de un capitalismo salvaje. Esta estrategia genera millones de inversiones públicas que abaratan los medicamentos y benefician a los grandes grupos farmacéuticos.
El modelo de la lucha contra el Sida en África se enfoca desde Occidente a través del envío de fármacos y la distribución de preservativos frente a una educación sexual integral y las mejoras sanitarias y alimentarias de la población.
El modelo de Uganda, el más exitoso
Edward Green opina que el modelo en la lucha contra el Sida sigue siendo el escogido por Uganda que en los años 80 inició una campaña que fomentaba la monogamia entre parejas bajo el lema “quédate con tu pareja o sé fiel”. Green constata como en el país africano los programas “han intentado modificar los comportamientos sexuales a un nivel más profundo”.
Según la OMS, Uganda tiene el descenso más espectacular de infectados por el Sida ya que pasó de tener 1.100.000 enfermos en 2001 a 940.000 en 2007, pero si constatamos el porcentaje de los últimos 17 años pasa de casi un 14% a un 5,4%. En África Uganda consta de un contingente numeroso de cristianos en su población y no ha basado su estrategia en la lucha contra el Sida en el uso del preservativo sino en el rescate de la familia tradicional africana.
Los fallos del preservativo
El Hospital de Badalona, pionero en España en repartir píldoras del día después, confirmó los datos del Hospital del Mar de Barcelona que explicaban que el 80% de las usuarias de la píldora admitían haber sufrido fallos en el preservativo.
En el Hospital del Mar de Barcelona 7 de cada 10 chicas que pidieron la píldora postcoital entre 1994 y 2002 reconocieron que se les había “roto el preservativo”. Miquel Ángel Checa del Servicio de Ginecología y Obstetricia del centro sanitario publicó un estudio recogiendo estos datos en la publicación Contraception, de las 5.656 mujeres que pidieron la píldora, 4.524 explicaron que el profiláctico les falló.
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