viernes, 1 de agosto de 2014

PODEMOS Y EL CAPITALISMO DEL FUTURO (IV)

Félix Rodrigo Mora: http://felixrodrigomora.net/
La formación de Iglesias promete ser incorruptible, por oposición a “la casta”, pero existen elementos de juicio, alguno ya citado, que permiten suponer que será bastante corrupta, dando origen a la neo-casta, cuyo centro será Podemos. Hay tres motivos más para ello: los enormes servicios que va a prestar al capitalismo (estatal y privado), que sus afiliados cobrarán al mejor precio posible; su obsesión por lo económico y el menosprecio, propio de toda la izquierda, por la ética. Quienes apenas hablan de otro tema que no sea la economía y el dinero es porque hacen de esto su única finalidad como partido y, también, su fundamental designio personal. Tales individuos, al carecer de metas inmateriales o trascendentes son codiciosos porque su concepción de la vida es el culto por una única cuestión, la riqueza material.

La reflexión añadida es que si se desean sujetos incorruptibles hay que buscarlos entre quienes se manifiesten partidarios, en palabras y actos, de los bienes y valores espirituales, estén fuera del sistema de poder (el poder corrompe) y defiendan propuestas éticas de carácter cívico y personal. Aquellos que tienen al economicismo como cosmovisión, lo deseen o no, monetizan sus mentes, lo que lleva por lo general a monetizar sus conductas, viviendo para la riqueza y el dinero, en lo político y en lo privado. Eso les hace codiciosos y corruptos de forma constitutiva.

La reorganización general de la vida económica es una necesidad insoslayable de los países europeos, especialmente de los del sur. Sin realizarla serán barridos del mercado mundial de capitales y mercancías por las potencias emergentes en sólo unos decenios. De ahí el portentoso lanzamiento de Podemos que, sí es necesario, será acompañado de otras intervenciones políticas no menos espectaculares en unos pocos años. La más fachendosa presumiblemente consistirá en un referéndum sobre la forma de Estado que arroje al exilio a Felipe VI, monarca que incluso hoy no termina de convencer a ciertos sectores de las elites, e instaure la III república española.

Podemos e Iglesias aseguran que serán implacables contra la Troika. El PSOE y Felipe González dijeron que crearían 800.000 nuevos puestos de trabajo pero ocasionaros varios millones de parados. Prometieron que“OTAN, de entrada NO” para mejor incorporar a España a esa organización militar. Expusieron que pondrían fin a la violencia fascista y crearon el GAL. Y así sucesivamente. Hicieron en todo lo importante lo contrario a lo que había ofrecido en su programa. Quien espere hoy de Podemos un actuar diferente al del PSOE hace tres decenios es que no entiende qué es y cómo funciona la izquierda institucional. Ésta, una vez en el gobierno, será quien realice el programa de la Troika, en 5-10 años

Para comprender mejor el fenómeno Podemos hay que estudiar la historia de la izquierda. Tras la II Guerra Mundial el PC francés se hizo campeón del capitalismo, el colonialismo galo y el racismo (de ahí que su política se tildase de “colonial-comunismo”), y el PC italiano aniquiló los logros de la Resistencia antifascista haciéndose fundamento de la Constitución de 1946, aún vigente, que sacraliza el capitalismo, la corrupción, la partitocracia y el despotismo estatal. El PC francés se unió al general De Gaulle en “la batalla por la producción” 1945-1950, para proporcionar al colonialismo francés los medios materiales y militares con que aplastar las luchas antiimperialistas y, a la vez, relanzar al capitalismo tras la guerra. El programa oculto de Podemos es parecido al de dicha “batalla”.

En nuestros días el Partido de los Trabajadores de Brasil, desde el gobierno, ha organizado la conversión de este país es una gran potencia capitalista, con una amplísima represión de la resistencia popular, lo que en los últimos dos años ha ocasionado decenas de muertos por la acción policial. En Bolivia, el gobierno de la izquierda presidido por Evo Morales está logrando, infaustamente, la desarticulación de las comunidades campesinas indígenas, el desarrollo acelerado en su seno del capitalismo y la destrucción medioambiental. En Chile el gobierno actual, de izquierdas, que cuenta con el respaldo del PC chileno, está dictando leyes de excepción, que son terrorismo estatal, contra el pueblo mapuche.

China hoy es el país del súper-capitalismo, por delante incluso de EEUU, todo ello bajo la despótica dirección del PC chino. Allí ha sido realizado con éxito el meollo de la teoría izquierdista, eliminar el capitalismo imperfecto para crear un capitalismo perfecto, o hiper-capitalismo, unido a un mega-ente estatal. Lo que perpetrará aquí la formación de Iglesias (si las movilizaciones populares no descabalgan el proyecto) es eso mismo, aunque teniendo en cuenta las diferencias de lugar y tiempo, sirviéndose del régimen parlamentarista y partitocrático.

En nuestra historia el gobierno del Frente Popular, apoyado por toda la izquierda, se hizo el enemigo y verdugo principal, en febrero/julio de 1936, de la gente popular, en especial de la campesina, ordenando a la guardia civil y guardia de asalto que ejecutase numerosas matanzas de trabajadores, entre las que destaca la carnicería de Yeste (Albacete), en mayo de ese año, con 17 asesinados. Muchos miles de trabajadores, mujeres y varones, fueron detenidos y torturados, en ocasiones hasta la muerte, por orden del gobierno del Frente Popular español, con el aplauso del PCE y el PSOE.

En la guerra civil la izquierda fue causa política fundamental de la victoria de Franco, al negar la revolución e imponer la “defensa de la República”como meta y finalidad. Esto no fue admitido por las clases populares, que habían sido cruelmente reprimidas por la república burguesa, estatal y terrateniente de 1931, con lo que se desentendieron de la lucha antifascista. La izquierda, en 1936-1939, calumnió, acosó, reprimió y aniquiló los intentos espontáneos de revolución entonces en curso, haciendo imposible la imprescindible movilización popular para derrotar al fascismo. Por tanto, la izquierda, sobre todo PCE y PSOE, son co-responsables del triunfo de Franco.

Bajo el franquismo el PCE se opuso virulentamente a la estrategia de ofrecer y construir una alternativa revolucionaria a la dictadura franquista, al preconizar un régimen parlamentarista que mantuviera y reforzara lo esencial del despotismo estatal y empresarial español. Con ello ofreció una salida política excelente a las fuerzas sociales y económicas que habían impulsado y luego mantenido al fascismo español.

Coherente con dicha estrategia anti-revolucionaria el PCE fue, junto con el PSOE, realizador e instaurador privilegiado de la Constitución monárquica de 1978, hoy vigente. Entonces su entusiasmo por la monarquía borbónica era tal que apaleaba a quienes portaban banderas republicanas en las manifestaciones. Con todo ello ha otorgado 36 años de estabilidad y prosperidad a la clase empresarial. Agotada esa fórmula Podemos toma el relevo. En Andalucía, casi 40 años de gobierno de la izquierda, últimamente con la integración del PCE-IU en aquél, han contribuido a hacer de ella el territorio más empobrecido, corrupto, estancado y socialmente injusto de la Unión Europea.

La historia de la izquierda es la de un continuado servicio, desde la demagogia, el maquiavelismo y el doble lenguaje, al capital, al orden constituido, al Estado. Por eso, en determinadas condiciones, es el adversario e incluso verdugo principal de la revolución, por delante de la derecha. Su función es de vanguardia política de la anti-revolución. Todo eso a cambio de puestos y poder, de dinero y privilegios, de negocios y corruptelas que le otorga el poder.

Así es. La banca financia a IU las campañas electorales, con créditos millonarios que suelen ser condonados, de manera que tenemos un “anticapitalismo” financiado por el capital financiero. Además es subvencionada por el Estado, como todas las formaciones de la partitocracia. La izquierda, si sobrevive, es porque la apoya y subsidia a nivel mundial el capital, que la necesita para lograr y mantener la estabilidad social, al ser la fuerza principal para el control político y el encuadramiento institucional de las clases populares. Si ese apoyo y financiación cesasen, la izquierda se desmoronaría en un abrir y cerrar de ojos.

Por eso el programa de Podemos es de respaldo y defensa del sistema capitalista, lo que oculta con retórica, exabruptos y sofismas. En oposición a ello, el proyecto de revolución integral expone que está en contra de todas las formas de capitalismo, “mejores” y peores, de hoy y de mañana, monárquicas y republicanas, privadas o estatales. Porque la revolución integral es sustantivamente una revolución popular anticapitalista, dirigida a crear una economía libre y autogestionada, sin clase empresarial ni aparato estatal.