- Privación económica.- No entran recursos económicos provoca una peor alimentación, peor respuesta ante necesidades extraordinarias (medicamentos y asistencia sanitaria no cubierta por la Seguridad Social…), peores condiciones de vida (alojamiento, higiene, etc…).
- Se pierde los hábitos y costumbres de la vida diaria.
- Estrés que se combina con los problemas económicos, con los profesionales y lo cotidiano, apareciendo patologías relacionadas con la salud mental y las elevadas tasas de suicidio.
Se pierde todo el sentido de socialización, ambiente de trabajo, relación con compañeros, identidad, contacto con otras personas o la colaboración en propuestas colectivas.