domingo, 5 de octubre de 2025

Rosa Magallón, catedrática: “La universidad debería formar buenos médicos generalistas, no ser una academia para aprobar el MIR”

Alberto Pardos y Rosa Magallón preguntándose en un
Seminario de Innovación Primaria (SIAP) por qué hubo
exceso de mortalidad en la Pandemia COVID 19

Pablo Linde/El País

Rosa Magallón se convirtió en abril en la quinta catedrática de Medicina de Familia de España, la primera mujer. Nacida en Zaragoza hace 65 años, se declara “muy contenta” y se felicita por empoderar a sus “colegas femeninas”. Unas semanas después de asumir su nuevo cargo, charla con EL PAÍS por videoconferencia.

Pregunta. Enhorabuena.
Respuesta: Gracias. Cuesta mucho todo y en algunas especialidades, y siendo mujer, más. 
P. ¿Por qué?
R. Las facultades están siempre unidas a un hospital, y eso dificulta el acceso de la Medicina de Familia a la Universidad. Y hay quien piensa que la vida inteligente solo está en los hospitales. 
P. ¿Cómo se explica que hasta 2025 no haya habido una mujer catedrática en una profesión tan feminizada?
R. Seguimos estando menos empoderadas que los hombres a la hora de asumir aspectos inherentes a nuestra profesión. Las competencias de un médico de familia son la asistencia, la investigación, la docencia y las actividades comunitarias, pero se lo come todo la asistencia. Esto pasa también en los hospitales, aunque allí tienen una visión más amplia de que en sus competencias también entra la investigación y la docencia. Y luego está el tema de la conciliación. Yo en mi carrera tengo un periodo de 10 años en el cual no hice nada más que consulta y dedicarme a la crianza. Eso en hombres de mi edad es distinto, probablemente en esa década hubieran tenido más tiempo para compaginar estas actividades. 
P. ¿Cuál es el papel de la Medicina de Familia en la universidad?
R. Nosotros tenemos una asignatura optativa en la Universidad de Zaragoza desde el año 2006, y obligatoria desde el año 2010. Pero es insuficiente. Nos llamamos Obstetricia, Ginecología y Medicina de Familia porque no conseguimos tener una asignatura de seis créditos. Tenemos asignados tres y tenemos que compaginar asignaturas con otras. En otros sitios la comparten con Salud Pública. Nuestra visibilidad es muy limitada, muchísimo más de la que nos corresponde, porque el 40% de los que van a salir de la carrera serán médicos de familia. Y los estudiantes llegan a quinto sin ninguna formación clínica más allá del hospital, con una visión muy hospitalocentrista. Cuando la descubren, dicen que la medicina de familia es muy difícil porque tienen que coordinar todo.
P. Están acostumbrados a segmentar la salud en compartimentos, como si fueran estancos, y no lo son.
R. Sí, te pongo un ejemplo: en los casos clínicos, con ocho o diez alumnos, les presento un caso hipotético de un paciente con tos. Y me dicen: ¿pero de qué asignatura es? Y yo les digo: el paciente no te viene a consulta diciendo que tiene tos de cardiología. Es un ejemplo de que estamos dando una formación microespecializada y no generalista.
P. ¿Cómo repercute esto después en la asistencia, en el sistema?
P. La universidad debería formar buenos médicos generalistas, no ser una academia para aprobar el MIR, que es en lo que se ha convertido a menudo. Al terminar la carrera tienen que saber manejar una lumbalgia, diagnosticar una cefalea. No tienen por qué saber cuál es la última prótesis de titanio para la rodilla, pero sí saber explorarla. La especialización vía MIR en España es muy potente e igualitaria, pero la de grado ha sido muy penosa. En el mundo hay 200 departamentos de Medicina Familiar y en España, cero. 
P. ¿Qué va a hacer desde su cátedra para enmendarlo?
R. Ahora mi papel es poner en valor la Medicina de Familia, decir que el hospital y la fascinación tecnológica están muy bien, pero tenemos que hacer ver la importancia de la Medicina de Familia, los factores biopsicosociales de las enfermedades; una visión holística que a muchos estudiantes, cuando la conocen, les hace recordar por qué quisieron ser médicos.
P. Pero muchos centros de salud están saturados, algunos colegas se quejan de una carga asistencial asfixiante, de demasiada burocracia, no parece un panorama que incentive la vocación.
R. Bueno, yo he trabajado prácticamente toda mi vida en el medio urbano, en un barrio con un nivel socioeconómico medio-bajo, con buena presión asistencial. Y he tenido una vida profesional muy satisfactoria. A mí los pacientes me han enseñado latín. Siempre digo que somos unos voyeurs de la vida. Uno de los factores más importantes de la medicina familiar es tener siempre los mismos pacientes. Hay artículos brutales que han puesto en evidencia que la longitudinalidad[el mantener el mismo médico a lo largo de la vida] disminuye la morbimortalidad. Hay ensayos clínicos con muchísimo dinero que muestran que un fármaco oncológico aumenta unos meses la esperanza de vida, que están muy bien, y no se tiene en cuenta la longitudinalidad. 
P. ¿Por qué cree que no se actúa en consecuencia y las administraciones no cuidan más la Atención Primaria?
R. Hay que recuperar el valor esencial. La Primaria no es la puerta al sistema. Nosotros no somos porteros de nadie. En todo caso, como diría Verónica Casas, somos la entrada, la salida, el centro y los laterales. Pero no vende, no salimos tanto en los medios como el ensayo oncológico. Pero luego a los pacientes les preguntan y lo que quieren es tener siempre al mismo médico y la misma enfermera. Ellos son conscientes de la importancia.
P. ¿Por qué están sus colegas tan quemados?
R. Hemos vivido en la cultura de la queja, tenemos que empezar a abandonarla. Luego vas a los estudiantes, les preguntas y, aunque salen más tarde que los compañeros, no se cambiarían. Es verdad que tenemos motivos para quejarnos, pero no porque no estemos satisfechos con la especialidad.
P. Quizás es difícil el equilibrio entre reivindicar mejores condiciones en la Atención Primaria y no espantar vocaciones de médicos jóvenes.
R. También te digo que si tienes que ver a un paciente 20 minutos, lo ves. No somos una cadena de montaje de coches. Si llega una paciente que te dice que la acaban de violar, cierras la consulta y no pasa nada. Los cinco minutos por paciente es una media. Otro problema es que nuestros compañeros del hospital no saben lo que hacemos en los centros de salud, porque ellos no vienen si les pasa algo. Yo roté en un hospital, pero ellos no rotan por los centros de salud, aunque en muchos programas docentes ya está incluida la rotación obligatoria. Y deberían venir, porque tienen una ignorancia que no es malintencionada, pero que existe. Como en todas las especialidades, hay buenos y malos profesionales. Yo tengo pacientes que vienen del cardiólogo diciendo que le suba la pastilla que le receté. Le pregunto si le han auscultado y me dicen que no. El 80% de los cardiólogos no se levantan a explorar. No vale solo el papel y las pruebas complementarias, para eso ya tenemos la inteligencia artificial. Hay que tocar al paciente: si vas al digestivo te tiene que tocar la tripa, si vas al urólogo te tiene que meter el dedo en el culo, ¿si no, cómo sabe qué tienes?
P. Su tesis doctoral fue sobre epidemiología de la salud mental, que ahora está muy de actualidad.
R. Sí, me lo pasé pipa. Fue un diseño por el cual validamos un cuestionario de detección de ansiedad y depresión en Atención Primaria. Era muy joven y me iba en autobús por los pueblos, con 4.000 pesetas de financiación.
R. En esta sociedad estamos generando jóvenes estupendos, majísimos, pero en los cuales la salud es un bien de consumo y tienen una capacidad de frustración muy escasa. Estamos generando enfermedades que no lo son, son solo variantes de la normalidad. Se confunden emociones con problemas, no se saben gestionar y se visibilizan con problemas de salud mental. Queremos que alguien nos solucione la vida. Esto tiene que ver con la educación, con la educación sanitaria, en el autocuidado, el autoconocimiento. En quinto de Medicina les paso un test de screening y el 75% de mis alumnos puntúan positivo para ansiedad, depresión o ambos. Los jueves les digo que se vayan a emborrachar, a tomar pinchos, a disfrutar de la vida.

jueves, 11 de septiembre de 2025

Una crema para bebés que colabora al genocidio

+ info:
https://hw4p.es/blog/sudocrem-para-bebes-pieles-irritadas-dana-gravemente-la-salud-en-gaza-y-toda-palestina

martes, 2 de septiembre de 2025

'GREAT Trust', el plan inmobiliario con el que Trump quiere convertir en negocio el genocidio en Gaza

La viñeta de Sansón en El correo
Emilia G. Morales/Público

El borrador del proyecto se llama Gaza Reconstitution, Economic Acceleration and Transformation -Fondo para la Reconstitución, Aceleración Económica y Transformación de Gaza- y en 38 páginas sienta las bases de la fantasía colonizadora que el presidente estadounidense, Donald Trump, proyectó hace unos meses sobre la Franja de Gaza. Entonces la llamó la "Riviera de Medio Oriente". Las siglas del proyecto en inglés, GREAT Trust, evocan el eslogan de la campaña electoral -Make America Great Again-, con la que el republicano reconquistó la Casa Blanca en 2024.

La presentación del proyecto ha sido publicada en exclusiva por el diario The Washington Post el pasado 1 de septiembre. En ella se detallan los pormenores de uno de los proyectos que baraja EEUU para el futuro de Gaza. El GREAT Trust se presenta como una oportunidad económica para inversores arriesgados. El coste de su construcción oscilaría entre los 70.000 y los 100.000 millones de dólares, que se lograrían gracias a la creación del Fideicomiso de Tierras de Gaza. Este arrendaría, aproximadamente, el 30% de las tierras públicas de Gaza. El proyecto plantea que los gazatíes coloquen sus tierras en el mecanismo financiero, a cambio de las cuáles recibirían tokens. Estas propiedades, a su vez, se pondrían a disposición de inversores que ayudarían a reconstruir Gaza.

El proyecto promete a sus posibles interesados cuadruplicar su inversión inicial, a la par que se dispara el valor económico del enclave. Este progreso económico se presenta como algo relativamente fácil de lograr debido a que el borrador explica el colapso de la economía gazatí como un mero fracaso de Hamás. Ignora así que el empobrecimiento de la Franja se debe, sobre todo, al bloqueo al que fue sometida por parte de Israel y Egipto tras la llegada del grupo islámico al poder por la vía democrática.

La información publicada por el medio estadounidense viene a confirmar lo adelantado por el Financial Times a principios de julio, cuando se tuvo conocimiento por primera vez de este plan. Desde entonces hasta ahora se ha debatido mucho en torno a la autoría del borrador. Según el medio económico, en su desarrollo participó el Instituto Tony Blair para el Cambio Global (TBI), un think tank creado por el expresidente británico con la mirada puesta en "acabar con el extremismo" en Oriente Medio. El TBI negó tajantemente tener nada que ver con dicho plan, si bien posteriormente confirmó que lo conocía y que su papel había sido el de "escuchar" las opciones que distintos grupos planteaban para el futuro de Gaza.

A su vez, el TBI señaló que parte del plan GREAT Trust llevaba la firma de miembros del Boston Consulting Group (BCG), una consultora estratégica global vinculada a la Fundación Humanitaria de Gaza, encargada del reparto de ayuda en el enclave palestino. También la BCG negó tener ningún papel en el desarrollo del GREAT Trust. Al ser preguntados por The Washington Post a raíz de la publicación del borrador del plan, la consultora ha explicado que "el trabajo sobre el plan del fondo no fue aprobado expresamente y que dos sociosprincipales que dirigieron el modelo financiero fueron posteriormente despedidos".

El 27 de julio, Donald Trump se reunió con el mismísimo Tony Blair, con su yerno, Jarden Kushner y con el enviado de EEUU para Oriente Medio, Steve Witkoff en la Casa Blanca para discutir sobre el futuro de la Franja. Sea cuál sea este, Witkoff aseguró en Fox que el plan que están trazando "es muy exhaustivo" y que "mucha gente va a ver lo sólido y lo bienintencionado que es, y cómo refleja los motivos humanitarios del presidente Trump". Dado que no han transcendido detalles sobre el contenido de dicho encuentro no es posible saber si el GREAT Trust fue una de las opciones barajadas.

La salida a la luz del borrador permite conocer los pormenores del proyecto, con el que sus impulsores buscan rentabilizar el genocidio construyendo una suerte de hub tecnológico con plantas de vehículos eléctricos, centros de datos, complejos turísticos de lujo y rascacielos. La visión que el plan proyecta sobre Oriente Medio engarza con la prioridades comerciales y geopolíticas de la Administración Trump.En el documento se nombra específicamente la importancia que el GREAT Trust tendría para el Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa (IMEC). Esta idea se maquinó en reuniones informales celebradas durante la cumbre del G20 en Delhi (India) en 2023. El objetivo, crear rutas alternativas al Canal de Suez que conectaran occidente y oriente, contaba con el pleno respaldo de EEUU. Recientemente, la relación entre India y EEUU se ha enfriado debido a la apuesta del país asiático de estrechar lazos con Rusia y China. En cualquier caso, el borrador del GREAT Trust, se redactó meses antes de la reunión que mantuvieron la semana pasada los líderes euroasiáticos.

Un 'hub' sobre las ruinas del genocidio

El plan del GREAT Trust enumera diez megaproyectos. El primero de ellos es el desminado de artefactos explosivos aún sin detonar y que actualmente están repartidos a lo largo y ancho de la Franja de Gaza. Israel ha vertido sobre la Franja el equivalente a siete bombas atómicas como la que arrasó Hiroshima en 1945. Así lo afirmó la relatora de la ONU para la defensa de los derechos humanos en Palestina, Francesca Albanese, durante su visita a España el pasado mes de junio para la recogida del Premio Público 2025.

Su desescombrado "podría tardar años", explicó a este periódico Haizam Amirah. El fundador del Centro de Estudios Árabes Contemporáneos (CEARC) afirmó entonces que quienes hablaban de la colaboración público-privada con otros países árabes para la tarea de desescombrado "saben que Israel no quiere hacerlo ni lo va a permitir", entre otras cosas, "porque no desea que vea ni verifique sus acciones" en la Franja.

En él también se recoge la creación de un centro logístico regional en Rafah con conexión a un aeropuerto y varios puertos que se crearían en Gaza. La ciudad, rebautizada como el Portal de Abraham también permitiría la conexión con infraestructuras de países vecinos gracias a la construcción de varias circunvalaciones, carreteras y tranvías alrededor de la Franja. Todo ello compondría el Corredor de Infraestructura Abrahámica, que aspira a ser una de las paradas obligatorias del IMEC.

Además, el proyecto contaría con: un Centro Regional de Agua con plantas solares y desalinizadoras en la Península del Sinaí, entre seis y ocho "ciudades inteligentes" impulsadas por la IA, resorts turísticos frente al mar e islas artificiales similares a las Islas Palmeras de Dubái, un Refugio Americano de Datos Seguros regulado por una IA estadounidense y una Zona de Fabricación Inteligente Elon Musk. Es decir, zonas industriales en las que se desarrollaría material de defensa, entre otras opciones.

El GREAT Trust no ignora una cuestión fundamental y es que, para erigir estos macroproyectos, primero tienen que apartar del territorio, al menos temporalmente, a los dos millones de palestinos que malviven en el enclave.

Dos fórmulas para desplazar a los palestinos

El desplazamiento forzado de una población de su territorio está tipificado por el Estatuto de Roma como un crimen de guerra y de lesa humanidad. Los impulsores de GREAT Trust, en cambio, ven este delito como una mera transacción económica. Así, según el documento, el fideicomiso pagaría a cada palestino 5.000 dólares por marcharse de sus tierras. Además, le serían concedidos subsidios para cubrir los cuatro primeros años de alquiler en otro país así como un año de alimentos. El borrador del plan estima que aproximadamente medio millón de personas salgan de la Franja gracias a esta fórmula. Es decir, en torno a un 25% de su población. Según las estimaciones reflejadas en el borrador, sacar a los palestinos de Gaza tendría un precio de unos 5.000 millones de dólares.

Sin embargo, parece poco probable que los países vecinos acepten acoger a cientos de miles de palestinos. Especialmente, teniendo en cuenta que Egipto lleva desde el 7 de octubre limitando la entrada de ayuda humanitaria al sur de la Franja de Gaza y muchos más años restringiendo el acceso al enclave, siguiendo la estrategia inaugurada por Israel en 2007, cuando Hamás se hizo democráticamente con el poder en la Franja de Gaza.

Tampoco parece que Jordania vaya a aceptar el traslado de la población a su territorio de manera tan abierta, donde actualmente existen diez campos de refugiados palestinos. No han sido pocas las tensiones que han mantenido a lo largo del siglo XX las autoridades jordanas y los grupos nacionalistas palestinos que se consolidaron en su territorio, como la Organización para la Liberación de Palestina.

La expulsión de los árabes de sus tierras se combinaría con una segunda opción: la reubicación de los gazatíes dentro de la Franja de Gaza. El borrador espera a que a este plan se acoja el 75% restante de los gazatíes. De ellos, estiman que el 90% necesitaría alojamiento temporal que, según el borrador contaría con infraestructuras de educación, agua y saneamiento. Dicho proyecto podría costar unos 6.000 millones de dólares. Este plan se parece peligrosamente a los barajados recientemente por el Gobierno de Benjamín Netanyahu (Likud), y que muchos expertos no dudan en calificar de "campo de concentración".

Es importante subrayar el evidente rechazo de la población palestina a abandonar sus tierras. Pese a los reiterados esfuerzos de Israel para expulsar a la población autóctona -se estima que un millón y medio palestinos han sido obligados a salir de sus tierras desde 1948-, esta continúa luchando por permanecer en sus tierras. Es de esta resistencia de donde surgieron, a finales del siglo pasado, grupos nacionalistas armados como los seculares como Fatah -ahora desmilitarizado- o los islámicos Hamás o la Yihad Islámica, responsables del 7-O.

Esta amenaza es bien conocida por los diseñadores de GREAT, que reconocen en el documento que la seguridad es su principal riesgo: "Gaza es un puesto avanzado iraní en una parte moderada de la región que amenazará la arquitectura IMEC/abrahamica y socavará cualquier futuro autogobierno palestino". Para combatir dicha amenaza, el documento evidencia que únicamente mediante la aniquilación de Hamás, el proyecto será posible. Esta idea casa con la dirección tomada por Netanyahu de ocupar militarmente toda la ciudad de Gaza-. Contra ella se han posicionado miles de israelíes debido al riesgo que supone para la veintena de rehenes que siguen vivos en el enclave.

jueves, 21 de agosto de 2025

Hijas de la Nakba (Documental completo)

El documental HIJAS DE LA NAKBA (2019) ha sido censurado este año.
Las mujeres palestinas y la resistencia contra la ocupación de su tierra por el estado sionista. 
Porque el genocidio actual lleva años gestándose, porque el resto del mundo llevamos muchos años consintiendo esta tragedia, porque ya es tarde para demasiadas personas … sobrecoge ver el documental y plantearse cuántas de las mujeres que ves y escuchas han podido ser asesinadas

lunes, 21 de julio de 2025

“El parto es un momento en el que se ejerce mucho la relación médica de poder”

CARME VALLS LLOBET / MÉDICA
Meritxell Rigoll/CTXT

rear una medicina que se fije en las especificidades biológicas de las mujeres, así como en su posición en el mundo –cómo se ven y cómo las ve la sociedad–, es una cuestión pendiente que denuncia Carme Valls Llobet, médica especializada en endocrinología y directora del programa Mujer, Salud y Calidad de vida del Centro de Análisis y Programas Sanitarios (CAPS). ¿Progresos en tres décadas? Bien escasos, lamenta. En Mujeres invisibles para la medicina (Capitán Swing, 2020), Valls presenta un recorrido por la salud física y mental con el que reclama que las mujeres dejen de ser obviadas en la investigación de patologías y tratamientos. “Muchas veces pregunto si un antibiótico metaboliza igual en hombres que en mujeres y a menudo no me lo saben explicar ni desde el propio laboratorio que lo vende”, explica la médica defensora de la “ciencia de la diferencia”. Insuficiente esfuerzo diagnóstico y sobremedicalización son algunas de las consecuencias del vacío de conocimiento biomédico diferencial que perjudica la atención a la salud de las mujeres y les resta vitalidad a los años vividos, según Valls.

¿Cómo afectan los estereotipos de género a la atención médica que reciben las mujeres?

En la atención a las mujeres se mezclan los estereotipos con la falta de ciencia. La ciencia médica es androcéntrica, ha estudiado fundamentalmente lo que les pasa a los hombres [cisgénero]. Lo que pasa a las mujeres parece que es menos importante y si se sale mucho de la norma masculina es, directamente, ignorado. Me refiero por ejemplo a todo lo que tiene que ver con la menstruación, el parto, el postparto y la menopausia. La ciencia médica tiene que avanzar en atender la calidad de vida de las mujeres, porque no se trata solo de vivir más tiempo, sino de que los años que se vivan sean sin dolor, sin llagas ni espaldas que se curvan. Con más ciencia, lo retardaríamos. Se las valora como inferiores. Cuando una mujer está en la consulta por cosas que a los hombres no les pasan, o que no les pasan igual, hay la maldita tendencia a decir que son nervios. Y cuando la medicina dice esto, además de equivocarse muchas veces, lo que hace es medicalizarlas. Vivir en una sociedad androcéntrica y patriarcal, en una sociedad que te menosprecia y en la que tienes que prepararte las cosas el doble que los hombres para ser escuchada, pone de los nervios, obviamente, y genera un desgaste. Pero cuando esto se convierte en un nombre técnico, como ansiedad o depresión, y te dan una pastilla, se psiquiatriza, y esto es un error.

Detecta un insuficiente esfuerzo diagnóstico en la atención médica a las mujeres ¿Qué enfermedades pasan desapercibidas y son a menudo inadecuadamente tratadas con psicofármacos?

Todas las que son más insidiosas, es decir, que se manifiestan con malestar. ¡Todo el mundo quiere encontrar un dolor concreto en un punto concreto! Cuando las mujeres dicen “me duele todo” o “tengo un malestar rarísimo” o “no me encuentro bien”, se enmascaran enfermedades como las carencias metabólicas, empezando por las anemias y la falta de B12. También las enfermedades autoinmunes, que predominan entre las mujeres, y que empiezan siempre con malestar y dolor hasta que no se manifiestan de manera más concreta. Serían la artritis reumatoide, el lupus o la enfermedad del síndrome seco. Y también problemas que están surgiendo en una sociedad que usa tantos productos químicos, como la fatiga crónica, la fibromialgia o la sensibilidad química múltiple. Son enfermedades que no causan la muerte de forma inmediata pero que en cambio alteran la calidad de vida de la persona. Como no estás preparado para diagnosticarlas rápido y como falta más ciencia, quedan en ese grupo de “malestar vago” ante el que se dice a las mujeres que seguramente es psicosomático. ¡Antes de llamarlo psicosomático usted tiene que hacer toda una batería de pruebas! Hace años que trabajo con la fibromialgia y lo que veo es que no diagnosticamos bien las causas del dolor crónico. Lo que hacemos es psiquiatrizarla, les damos sedantes antidepresivos y parches de morfina para tratarla.

¿Pero es cierto que las mujeres sufrimos más depresión?

Hay artículos médicos en los que dicen que las mujeres ‘por su naturaleza’ tienden a la depresión o a la ansiedad. No es que tengamos una tendencia innata a la depresión, pero vivir en una sociedad androcéntrica es un factor depresógeno. Tenemos que aprender a bailar aquí dentro, con todo lo que se dirige a aplastarnos. Hacer frente a las humillaciones que recibimos es un esfuerzo. Por otro lado, hay más ansiedad en las mujeres cuanto menos reservas de hierro tienen. Y resulta que hay mujeres que desde los doce años a los cincuenta tendrán el hierro bajo, porque tienen sangrado menstrual alto. Sumado a una sociedad llena de disruptores endocrinos en el medioambiente, que las llevan a tener una menstruación más abundante. En este caso, es un factor ansiógeno [que genera estrés] y es biológico. Esto los médicos y las médicas lo tienen que aprender, como si recitaran un poema, porque es el poema angustiante de la vida de muchas mujeres. Hace falta saber mucho de la biología diferencial de las mujeres pero de la facultad de medicina se sale sabiendo muy poco de ello. Al ciclo menstrual se le dedica tan solo una hora en toda la carrera. Hay una gran diferencia entre decirle a una mujer que está deprimida o que hay muchos factores sociales y biológicos que la pueden derrumbar y que tiene que ser consciente de estos factores para que le afecten lo menos posible.

Usted observa que los sentimientos de culpa son los agresores principales para la salud mental de las mujeres. ¿Cómo se puede encajar reparar o fortalecer la autoestima de las mujeres en la política de salud pública?

Todo lo que pueda subir nuestra autoestima, como que se reconozca nuestro trabajo y se visibilice, mejora la salud mental. En cambio, no la mejora tratar esta salud agredida por la sociedad con una pastilla. Medicalizamos lo que es social y cultural. Sacarse la culpa, que permite tenernos más controladas, con ideas como que “quizás he hecho algo malo” o “quizás no valgo mucho”, es un tema complejo y social, que no se arregla medicalizando a las mujeres.

Detecta que en el acto médico se ejercen violencias hacia las mujeres ¿Qué debemos desnormalizar en la relación con los médicos y médicas?

No tenemos que normalizar ninguna relación de poder. El poder se tiene que alejar de las relaciones humanas, también en el acto médico. La persona que tienes delante tiene que ser escuchada e informada de lo que le propones, de lo que le pasa y de lo que puede pasar, con la máxima calidad posible y no diciendo palabras raras. No se puede cometer ningún abuso, y me refiero no solo a lo más obvio, como puede ser el abuso sexual, sino también a la prepotencia. Las mujeres acuden más a la atención primaria y son las que reciben más actos médicos prepotentes. Los hombres, que viven muy fuera de su cuerpo, solo piden ayuda cuando están vomitando sangre, con una pulmonía doble o con un infarto, por lo que van a parar a urgencias, donde han avanzado mucho en respeto a las personas. Hay unas pautas diferentes a las del acto médico habitual. Hay que tener en cuenta, también, que el médico o la médica de primaria tiene una lista de cuarenta visitas y cinco minutos por visita. A pesar de esto, hay quienes lo hacen con respeto.

Además de cambiar el trato que nos dan algunos médicos y médicas, ¿qué más es imprescindible tocar en el sistema sanitario para superar el impacto que tiene el sesgo de género en la atención sanitaria que recibimos las mujeres?

Para que cambien la actitud también hace falta construir ciencia de la diferencia, es decir, que tenga en cuenta lo que les pasa a las mujeres. Muchas veces pregunto si un antibiótico metaboliza igual en hombres que en mujeres y a menudo no me lo saben explicar ni desde el laboratorio que lo vende. De la investigación, saldrá la docencia, lo que enseñamos en ciencias de la salud. También hacen falta unas buenas guías de práctica profesional de asistencia, que te ayuden a tomar decisiones rápidas y bien formadas.

Apuntaba que el ciclo menstrual es fundamental para entender la salud de las mujeres pero que está poco estudiado. ¿Considera que la anticoncepción hormonal se receta demasiado a la ligera?

Sí. No niego que hay casos en los que hace falta, como en las mujeres con endometriosis, en los que tenemos que intentar evitar este dolor tan inmenso. Pero cuando hay un trastorno de la menstruación, lo que hace falta es paciencia y armonía, y explicar a las jovencitas que, sobre todo, no tomen cafeína porque estimula el síndrome premenstrual, y que tienen que mantener una vida lo más sana posible y que con las propias hormonas el cuerpo se equilibra. Y si continúa teniendo una menstruación muy abundante cada mes, pues quiere decir que tiene demasiados estrógenos y poca progesterona, que no ovula bien. La tienes que ayudar a ovular, ¡no a no ovular! Si le das anticonceptivo, le matas el ciclo. Más de seis años de anticonceptivos antes de tener el primer hijo es un factor de riesgo de cáncer de mama antes de la menopausia. ¿Se conocen estos efectos? ¿Se les dice que se les puede producir una trombosis o que les pueden salir varices? Damos anticonceptivos hormonales como si fueran un caramelo. Y hay médicos que dicen que si les explican las consecuencias no se tomarán las pastillas. Pues estupendo, ¡es que quizás la chica no se lo tiene que tomar! Cuando quieren tener hijos se preguntan por qué se lo han dado durante 10 o 15 años... Las mujeres no tienen que recibir menos información por ser jóvenes. Si le damos una pastilla tiene que saber los efectos que puede tener y valorar si vale la pena una u otra opción. Hay recursos para regular la menstruación antes de llegar a dar anticonceptivos. El médico o médica tiene que ofrecerlos. Por ejemplo, dar vitaminas.

Critica también que se medicaliza la menopausia, a la que usted, a contracorriente del imaginario que hay sobre esta etapa de la vida, incluso se refiere como un “momento glorioso” ¿Por qué?

¡Dejamos de perder sangre y empezamos a ganar en hierro! Nos han impuesto el miedo de que será una etapa muy mala, y no. Es una etapa nueva, en la que tienes que cuidarte un poco más, no por la menopausia en sí, sino porque tienes 50 años y vives con el mismo hígado desde que naciste y llevas los mismo huesos puestos, que se habrán deformado un poco, por lo que tienes que vigilar cómo andas y cómo te sientas, el ejercicio que haces... El problema no es la menopausia, es los años que vas viviendo. Para los síntomas de la menopausia, la sequedad vaginal y los sofocos, quizás no hace falta una terapia hormonal. Quizás si hacemos yoga los reducimos, porque toda actividad que armonice nuestro cerebro, los disminuirá. Incluso a muchas mujeres se les ha despertado una sexualidad mucho mejor con la menopausia. Es un momento en el que la vida toma otra dimensión.

¿Considera que el parto también se sobremedicaliza?

Medicalizamos procesos que son naturales. Suerte que ha habido una serie de luchas y la asociación El Parto es Nuestro ha denunciado rasuraciones innecesarias y que se corte la vagina cada vez que se tiene un hijo. A no ser que esté a punto de desgarrarse, no se tiene que hacer una episiotomía. Tampoco se las tiene que atar a las mesas cuando es mucho mejor ir andando hasta el último momento porque se encaja mejor la criatura. Todo esto ha sido una batalla frente a prácticas que son controladoras e hipermedicalizadoras. Hay violencia obstétrica. El parto es un momento en el que se ejerce mucho la relación médica de poder. Para muchas es un momento de tortura, de mucho sufrimiento. Luego, hay una ausencia de ciencia sobre el postparto. Por ejemplo, la tiroiditis post parto, ¡la gran desconocida!, aunque la tiene una de cada cuatro mujeres. Es una inflamación de la glándula tiroides que genera cansancio, irritabilidad o angustia, porque la glándula se dispara hacia arriba o hacia abajo.

¿La sobresaturación del sistema sanitario bajo la pandemia diría que ha aumentado las situaciones de violencia en el acto médico que usted ya denunciaba?

En este momento, la violencia es estructural: sin tener suficiente personal, no se atienden cosas graves o que pueden llegar a serlo. Los diagnósticos de cáncer se están atrasando. Es un fallo del sistema, tendría que atender la pandemia sin desatender lo que ya era habitual.

Con la gestión de la pandemia vemos cómo se tiende a individualizar la responsabilidad sobre salud, a vincularla a lo que hacemos o no hacemos, pero esta mirada no es nueva. ¿Echa de menos más atención a los determinantes sociales de la salud?

Necesitamos salud en todas las políticas. ¿De qué sirve la economía si no hay salud en lo que promueves? Tenemos que encontrar fórmulas para vivir de otra manera. De esta pandemia tenemos que salir más humildes. La sanidad en este momento es lo más político que hay. Quién paga la investigación tiende a ser la industria, que quiere introducir nuevos fármacos, y hay cosas que no se arreglan con fármacos, por ejemplo, equilibrar el cuerpo, o que se arreglan con fármacos que no son caros. No habrá un lobby de la industria para que se estudien las anemias, aunque sea lo que produce más cansancio en el 50% de las mujeres. Es salud pública quien tiene que promover estudios que tengan en cuenta la diferencia entre mujeres y hombres.

viernes, 27 de junio de 2025

El beso de la vida

Esta galardonada foto de 1967, tomada por Rocco Morabito, fue titulada "El beso de la vida". Muestra a dos operarios eléctricos, Champion Randall y JD Thompson, en la parte superior de un poste de electricidad. Ellos habían estado llevando a cabo el mantenimiento de rutina cuando Champion rozó una de las líneas de baja tensión en la parte superior del poste de electricidad. Más de 4.000 voltios entraron en el cuerpo de Champion y al instante se detuvo su corazón (una silla eléctrica utiliza alrededor de 2.000 voltios).
Su arnés de seguridad evitó una caída, y Thompson, que había estado ascendiendo por debajo de él, rápidamente lo alcanzó y se realizó la respiración boca a boca. No fue capaz de realizar la reanimación cardiopulmonar, dadas las circunstancias, pero continuó la respiración boca a boca, manteniendo activos los pulmones de Champion hasta que sintió un ligero pulso, a continuación, se desabrochó el arnés y descendió con él sobre su hombro.
Thompson y otros trabajadores le realizaron RCP en el suelo a Champion, cuya respiración y ritmo cardíaco fueron paulatinamente restablecidos. Luego llegaron los paramédicos y la recuperación de Champion fue completa. Su compañero le había salvado la vida con lo que en la foto parece un beso. Champion sobrevivió y vivió hasta 2002, cuando murió de insuficiencia cardiaca a la edad de 64. Thompson sigue viviendo.
La fotografía fue publicada en periódicos de todo el mundo y ganó el Premio Pulitzer en 1968.
Hay hermanos que no son amigos,
y hay amigos que son más que hermanos.